La revolución digital ha marcado un antes y un después en todo lo relacionado con los negocios y el mundo empresarial. Nunca antes se había tenido acceso a un volumen de datos tan inabarcable como hoy. Recopilarlos y analizarlos correctamente abre un enorme abanico de posibilidades de negocio. Por eso, aprovechar todo lo que el big data ofrece puede marcar el éxito o el fracaso de tu aventura empresarial.
Diseñando productos de futuro
No es un secreto: la información es poder. En el caso de los negocios, el big data hoy en día es imprescindible para tomar decisiones estratégicas y de marketing con rapidez, para agilizar transacciones comerciales y para ganar en competitividad. ¿Solo eso? Evidentemente, no. Hay mucho más.
Los consumidores son cada vez más exigentes y manejan más datos. También tienen gustos cambiantes a los que hay que anticiparse y satisfacer llegado el momento. Adecuar la actividad empresarial, así como los productos y servicios que se ofrecen, es casi una cuestión de supervivencia. Y en ese proceso de adaptación el big data es una herramienta fundamental.
La información obtenida y almacenada, siempre y cuando se analice y valore correctamente, puede dar la clave en la adecuación de viejos productos o en el diseño de otros nuevos. El big data permite establecer patrones de comportamiento de consumidores para diseñar una oferta que dé respuesta a sus demandas.
Con los datos que se pueden obtener, las pruebas de ensayo-error en el diseño y creación de nuevos productos y servicios pasaron casi a la historia. Hoy el big data nos permite conocer qué es lo que el consumidor busca para ofrecérselo. Y eso, en un mercado tan competitivo como el actual, es lo que puede marcar la diferencia.
Ejemplos de aplicación de big data a la creación de productos hay miles. Uno que todos conocemos: plataformas de series o películas online que adaptan y personalizan sus propuestas. ¿Cómo? Utilizando modelos predictivos en base a los datos que aporta el historial de visitas de cada espectador.
Es solo una posibilidad, pero hoy en día, compañías de todo tipo aplican big data para crear productos y servicios más atractivos. ¿De dónde se obtienen los datos? No solo de lo que se consigue en la comunicación directa o comercial con clientes o consumidores. Redes sociales, respuestas a campañas de marketing o encuestas también aportan información de enorme valor para adaptarse a los patrones de consumo.
¿Cómo sacar el máximo partido a la información?
Tener ingentes cantidades de datos es de gran valor, pero solo si se saben cruzar e interpretar correctamente. Por ello, lo primero y más básico si hablamos de big data es contar con un software que permita almacenar toda la información obtenida, actualizarla y tratarla adecuadamente. Esa será la estrategia básica para una correcta interpretación que nos indique el camino que debemos seguir.
El segundo paso, por tanto, es seleccionar la información realmente útil y ponerla al servicio del diseño del producto. ¿Cómo? Descubriendo el comportamiento de los consumidores, planteando objetivos realistas para diseñar un producto atractivo, estableciendo estrategias de mercado adecuadas y, finalmente, poniendo en valor ese producto y servicio, para lo que también es esencial el big data.
La tecnología ha permitido que dispongamos de información muy valiosa en milésimas de segundo. Y esa información se puede utilizar también para sacar al mercado productos y servicios que hagan que nuestra empresa no solo sea más competitiva, sino también más eficiente. Por tanto, hacer un buen uso de todo lo que el big data nos proporciona no es un capricho, en un mercado globalizado como el actual es una necesidad.