13 errores que todos hemos cometido en LinkedIn y que no podemos permitirnos

① Enviar invitaciones sin personalizar.

Se supone que si invitamos a otros usuarios a nuestra red es porque ese contacto nos interesa. Nadie está en LinkedIn para coleccionar cromos, ¿verdad? Si es así, deberíamos poder perder un par de minutos en ver el perfil del profesional al que queremos contactar, entender qué hace, qué cosas podemos tener en común, cómo podría ayudarnos o mejor aún, cómo podríamos ayudarle. Y por, supuesto, explicárselo.

② No dar la bienvenida las nuevas incorporaciones a tu red.

¿Qué sueles hacer cada vez que ves en LinkedIn que un usuario ha aceptado tu invitación? Me atrevería a decir que la mayoría de nosotros lo vemos y decimos “ah, ¡ok!”. Esa persona ha leído tu introducción, ha aceptado compartir red contigo, ¡dile algo! Y, si puede ser algo que aporte valor, mejor.

③ Tardar más de 2 días en contestar un mensaje.

Con los mensajes de LinkedIn pasa exactamente igual que con el email, es perfectamente entendible un retraso en la respuesta de un correo, pero hasta cierto punto. Si tardamos más de 2 días en responder a un mensaje en LinkedIn denotamos una falta de interés por lo que esta persona nos está diciendo, y lo peor, es que después de una semana seguramente ya no nos acordaremos de que teníamos que responder ese mensaje y quedará en el olvido. Si estás muy liado, contesta, aunque sólo sea para decir que tardarás un poco en poder darle una respuesta adecuada.

④ Tener una foto de perfil inadecuada.

Éste es un tema muy tratado ya, aún así no deja de sorprenderme la cantidad de perfiles que podemos encontrar en esta red que todavía no tienen una foto de perfil, o que la tienen, pero no la aprovechan para transmitir una imagen profesional acorde con su perfil profesional.

⑤ No aprovechar la imagen de cabecera de nuestro perfil.

Otro error bastante común relacionado con la imagen, es no aprovechar en tu perfil profesional el espacio reservado para tu imagen de cabecera. Y no me refiero aquí a poner un paisaje con arbolitos por mucho que te guste la naturaleza (a no ser que seas guarda forestal…). Me refiero a aprovechar este espacio para venderte, para reforzar con imágenes el mensaje que estás dando con los textos de tu perfil.

Sabes además que desde hace poco han vuelto a cambiar las dimensiones para la imagen de cabecera, ¿verdad?

⑥ Ser irregular en tus publicaciones.

Sabemos que en el “nuevo LinkedIn” nuestra actividad en la red es muy visible, y queda vinculada a nuestro perfil. Parte de la imagen que quieres mostrar al mercado a través de esta red social consistirá en qué haces en ella. No basta con tener un perfil inmaculado, toda la actividad que tengas en LinkedIn cuenta. Si te lanzas a publicar artículos en LinkedIn seguramente al principio estarás hiper motivado, tal vez decidas escribir 2 o 3 artículos a la semana, pero a los dos meses, estés ya agotado y/o sin ideas. Dosifícate, sé realista respecto a la dedicación que le podrás dar a LinkedIn y organiza tus publicaciones. Lo mismo pasa con el resto de tu actividad en LinkedIn.

⑦ Solicitar recomendaciones “a lo loco”.

¿Qué mensaje estamos dando a nuestra red de contactos cuando pedimos a profesionales que – a pesar de conocernos – no han trabajado nunca con nosotros? Las recomendaciones realmente valiosas serán aquellas que procedan de nuestros clientes, proveedores, jefes o compañeros y que puedan aportar datos concretos sobre nuestro desempeño, además de decir “lo amables que somos”.

⑧ Acordarte de un contacto sólo cuando necesitas algo de él.

Tanto en LinkedIn como fuera de él, no es bueno parecer interesado. Decíamos antes que no se trata de coleccionar cromos, si no de generar y mantener una red de contactos productiva y útil. Para que un contacto sea “activable” llegado el momento, debemos cuidarlo. No es tarea fácil, sobre todo a medida que tu red va creciendo, pero en eso consiste precisamente el networking.

⑨ Confundir LinkedIn con Facebook

Curiosamente esto es algo que me estoy encontrando cada vez más en LinkedIn. Aunque debería parecernos algo muy básico, es decir, existe una red social para cada cosa, muchos usuarios confunden el objetivo y la razón de estar en cada red social. Esto nos lleva a publicaciones como éstas (que recordemos, quedarán vinculadas a nuestro perfil profesional y serán visibles cada vez que un usuario visite nuestro perfil ¿es esa la imagen que queremos dar?):

⑩ Hacer spam.

¿Te ha pasado que al minuto siguiente de conectar con alguien en LinkedIn te envía un mail (copy-paste) con su oferta de servicios? ¿Te ha pasado recibir un mail, supuestamente para ti, pero que al fijarte mejor hay otros 20 destinatarios? Hacer acciones 1to1 es más laborioso, por supuesto que sí, pero realmente este tipo de cosas marcan la diferencia.

⑪ Tapiar tu perfil.

Me reúno con muchos profesionales preocupados por “si les ven”… en mi opinión, estar en una red social implica precisamente “estar ahí” estar expuestos a este gran escaparate. Nadie nos va a encontrar encerrados en nuestra casa o nuestro despacho. Si pretendo que un potencial cliente o un reclutador me encuentre, tengo que ponerle las cosas lo más fácil posible. Se supone que no hacemos en LinkedIn lo primero que nos pasa por la cabeza, que antes de arrancar, nos hemos parado a pensar qué objetivo perseguimos y cuál va a ser nuestra hoja de ruta para alcanzarlo, es decir, estamos siguiendo una estrategia. Siendo así, no vamos a mostrar ni a publicar nada en LinkedIn (como en cualquier otra red social) que no nos interese.

⑫ Auto bombo.

De igual modo, la cosa tampoco va a funcionar si toda tu contribución a esta red consiste en YO, YO, YO, MI OFERTA, MI PRODUCTO, MI SERVICIO… a nadie le gustan aquellos que sólo han venido a hablar de su libro. Mi consejo, interactúa al máximo con tu red, participa en las conversaciones de tus contactos, interésate por lo que los otros usuarios hacen y dicen. Y, por supuesto, aporta tú también tu granito de arena, véndete, por supuesto, para eso estamos todos aquí, pero transmitiendo valor a tus contactos y enriqueciendo las relaciones.

⑬ No revisar y agradecer las interacciones con tus publicaciones.

Cuando consigues publicar un artículo, una actualización, un debate en un grupo (… lo que sea) y consigues captar la atención de tu audiencia, tu red se motiva y da difusión a lo que escribes, comenta tus publicaciones generando una conversación que, por supuesto te va a beneficiar, agradécelo, SIEMPRE. Se han tomado un tiempo en leerte, en compartir, recomendar, o comentar aquello que tú has escrito. Es tu audiencia y has conseguido captar su atención, no lo dejes morir ahí. Por mi parte, como quiero ser muy agradecida , prometo agradecer cualquier recomendación o comentario sobre este post, que espero que te sea útil para acabar de pulir aquellos detalles de tu presencia en LinkedIn en los que todos (quien más, quien menos) todos cojeamos.

Por: Javier Corral

linkedin.com/in/javier-corral

Deja un comentario